¿Sabías que el corazón y los pulmones trabajan de manera coordinada? los pulmones captan y proveen el oxígeno que nuestro cuerpo necesita y el corazón se encarga de distribuirlo a cada una de nuestras células, en cada uno de nuestros órganos. Una falla en cualquiera de los dos sistemas (cardiovascular y/o respiratorio), hace que inmediatamente aparezcan las manifestaciones clínicas: sensación de falta de aire, tos, opresión de pecho y cansancio extremo, así como niveles bajos de oxígeno en la sangre.
La evaluación funcional respiratoria y cardiovascular tiene múltiples aplicaciones clínicas: preventiva, diagnóstica, pronóstica y para el seguimiento de diversas enfermedades.
- Preventiva: Si estas interesado/a en iniciar o incluso si ya realizas ejercicio, una forma segura para hacerlo, es evaluando tu función pulmonar y cardiovascular. Entre las pruebas que se recomiendan para la detección temprana y oportuna de enfermedades que pueden interferir con tu rendimiento, e incluso producir malos desenlaces, están la espirometría con broncodilatador, prueba de reto bronquial con ejercicio (ambas pruebas nos permiten detectar problemas obstructivos de la vía aérea, como el asma), la difusión pulmonar de monóxido de carbono (nos permite medir el intercambio gaseoso a nivel pulmonar), un electrocardiograma (nos permite evaluar la actividad eléctrica del corazón), un ecocardiograma (evalúa la función estructural y dinámica del corazón en reposo), y una prueba de esfuerzo (evalúa la función cardiovascular durante el ejercicio, y nos permite detectar riesgo de infartos cardiacos). Una prueba más completa, es la prueba cardiopulmonar de ejercicio, que es una prueba que evalúa la interacción del aparato respiratorio y cardiovascular, así como la respuesta fisiológica de los músculos, metabólica y neurosensorial, en relación al ejercicio sub-máximo y máximo.
- Detección oportuna: todos los días respiramos en promedio entre 10,000 a 11,000 litros de aire, y con ello, inhalamos miles de partículas y microorganismo nocivos para nuestros pulmones, lo que nos hace más vulnerables para desarrollar enfermedades respiratorias.

Entre las exposiciones más importantes se encuentran: los polvos inorgánicos, metales pesados, ácidos, aerosoles, solventes, material orgánico colonizado por hongos y bacterias, proteínas de animales y vegetales, humos y humedad. Cada una de estas exposiciones nos predispone al desarrollo de diferentes enfermedades respiratorias, incluidas las enfermedades pulmonares intersticiales, la EPOC, el asma, y el cáncer pulmonar.
Afortunadamente, y con el desarrollo de nuevas herramientas diagnósticas, como los estudios de imagenología y las pruebas de función pulmonar, hoy en día es posible hacer tamizajes a la población en riesgo y con ello detectar de manera oportuna el desarrollo de cualquier enfermedad respiratoria. Si eres una persona con factores de riesgo, deberías al menos contar con una espirometría simple y con broncodilatador de manera anual, esto nos permite graficar la caída de la función pulmonar y detectar anormalidades de manera temprana.
- Diagnóstico, pronóstico y seguimiento: todas las enfermedades respiratorias crónicas (EPOC, asma, EPID, cáncer pulmonar), requieren de una evaluación funcional periódica con estudios como la espirometría, la difusión pulmonar de monóxido de carbono y la caminata de 6 minutos, por mencionar algunas. Realizar dichas pruebas, nos permite establecer diagnósticos funcionales, así como establecer un pronóstico en el corto y mediano plazo, además de poder brindar un seguimiento a nuestros pacientes y saber si está o no funcionando el tratamiento que hayamos establecido. Otra aplicación médica importante de la evaluación funcional, tanto respiratoria como cardiovascular, es la evaluación preoperatoria, sobre todo en pacientes que están programados para cirugías mayores: del tórax, abdominales o neurológicas.

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